La virtud que más me caracteriza es la compasión, la cual me permite conectar con mis pacientes de manera empática y brindarles atención personalizada y cálida. Esta capacidad para entender y compartir los sentimientos de los demás es fundamental en mi práctica médica, ya que me permite establecer relaciones significativas y generar confianza con mis pacientes. Sin embargo, la virtud de la que más me alejo es el discernimiento, por eso debo reforzarlo. Esto implica continuar aprendiendo y adquiriendo experiencia en mi práctica médica, lo que me permitirá tomar decisiones informadas y precisas, y mejorar mi capacidad para evaluar situaciones complejas y tomar las mejores opciones para mis pacientes.
Estoy consciente de que la experiencia y el conocimiento clínico son esenciales para brindar atención de alta calidad, y por lo tanto, estoy comprometida con mi crecimiento como profesional.
Al equilibrar mi compasión con un discernimiento más perfeccionado, estoy segura de poder brindar la mejor atención posible a mis pacientes y hacer una diferencia positiva en sus vidas.