Todas estas virtudes antes mencionadas son de vital importancia a la hora de ser y parecer médico, todas hacen que el profesional sea un ser completo y pueda lograr hacer el bien con los pacientes. Yo, Dana Caicedo, reconozco y me atrevería a comentar que a la virtud que más me acerco es la compasión, siento que busco siempre el bienestar de mi paciente, conecto con las necesidades y sentimiento de los paciente y sobre todo si se tratan de niños, me gusta escuchar activamente a los pacientes, a veces no son situaciones netamente propias de lo que les está motivando a estar en el hospital, pero son situaciones que quizás en algún momento los hicieron sentir mal y necesitan ser escuchados, así que intento empatizar con lo que me dicen, las personas que me conocen me dicen que tengo un corazón tierno, pero es porque yo soy sensible emocionalmente con mis paciente y con las personas que me rodean, me gusta ser amable, paciente y atenta a lo que necesita mi paciente.
También reconozco que tengo virtudes por mejorar y de la que siento que me alejo un poco más es la confianza, quizás es un tema complejo, no es que no sienta que no sé, sino es que me da miedo hacer el mal, hacer sentir mal a los pacientes, usar palabras que no sean adecuadas, me gustaría trabajar en ellos para así poder tener mayor confianza a la hora de estar en contacto y tratar a mi paciente y así poder reflejar seguridad en un futuro, prometo mejorar y obvio aprender lo más que se pueda para crear bases solidas en ese proceso de aprender a confiar más en los conocimientos que tenga. Profe este escrito fue muy sincero y me gustó mucho esta actividad. Gracias