FORO VIRTUAL: VIRTUDES DEL MÉDICO

Reflexión sobre las Virtudes Capitales en la Práctica Médica

 
Imagen de MIGUEL ANGEL PATERNINA RUIZ
Reflexión sobre las Virtudes Capitales en la Práctica Médica
de MIGUEL ANGEL PATERNINA RUIZ - miércoles, 13 de noviembre de 2024, 18:48
 

Después de haber repasado las virtudes profesionales en la clase, así como las cuatro virtudes capitales descritas por Beauchamp y Childress en 1997: la Compasión, el Discernimiento, la Confianza y la Integridad, he logrado reflexionar más profundamente sobre mi carácter, mi identificación con ellas y sobre cómo esas virtudes forman parte de mi quehacer médico o cómo mi práctica puede promover su desarrollo.

En mi caso, considero que la Compasión es la virtud que actualmente resuena más cercanamente con mi ser. Creo que la empatía y la comprensión del alma del paciente son vitales para brindar una atención humana y respetuosa. Además, mi experiencia durante prácticas me ha demostrado que la compasión permite una conexión de confianza con el paciente, quien siente que es escuchado y valorado. Esta relación me ha demostrado que un trato compasivo puede influir en su estado de ánimo y, en ocasiones, en su receptividad al tratamiento. Sin embargo, creo también que la compasión debe ser complementada con prudencia ya que el desgaste emocional llamado “fatiga por la compasión” puede ser real.

Sin embargo, la virtud que mi intuición me indica está más distante en mi carácter y que más me gustaría promover es la Confianza. Esta virtud requiere que el paciente perciba que mis acciones apuntan todas a su bienestar, lo cual requiere coherencia entre la promesa y la realidad en el proceso asistencial. A veces puede ser desafiante mantener la fe en situaciones difíciles o situaciones en las que los pacientes desconfíen de su diagnóstico o tratamiento. Creo que promover esta virtud me ayudará a fomentar una habilidad comunicativa y enseñarme a realizar promesas realistas y siempre cumplirlas, lo cual considero imprescindible para desarrollar una relación asistencial en la cual el paciente sienta cuidado y resguardo.

Como conclusión, creo que esta reflexión me ha demostrado que el acto médico es inherente al equilibrio entre las virtudes que ya tenemos y aquellas en las que necesitamos crecer. Creo que ambas virtudes son valiosas y pretendo fortalecer ambas.