Desde la perspectiva de la Ética de las virtudes, el aborto no solo plantea cuestiones acerca de la decisión misma, sino también sobre el carácter moral de quienes participan en esa elección. Aristóteles, en su enfoque ético, se centra en el desarrollo del carácter moral a través del cultivo de virtudes, y en este caso, virtudes como la prudencia, la justicia y la responsabilidad cobran especial importancia. La prudencia, o la capacidad de tomar decisiones equilibradas y racionales, se convierte en un principio rector en la consideración del aborto. El médico o profesional de la salud que asiste en esta decisión debe ser prudente, evaluando no solo los aspectos técnicos del procedimiento, sino también las repercusiones morales y emocionales que la decisión puede tener tanto para la madre como para la sociedad en general.
En este marco ético, también es crucial considerar las intenciones detrás de la decisión de abortar. Aristóteles argumentaría que el valor moral de la acción depende en gran medida de las intenciones que guían esa acción. Si la decisión de abortar se toma por razones que reflejan virtudes como la prudencia y la justicia, es más probable que se considere una acción ética. Por ejemplo, una madre que toma esta decisión basándose en su capacidad para ofrecer una vida digna al niño podría estar actuando con una forma de prudencia que, aunque difícil, busca el bienestar a largo plazo. Sin embargo, el aborto también podría considerarse una acción moralmente incorrecta si se toma sin reflexión o sin tener en cuenta las implicaciones más amplias, lo cual indicaría una falta de responsabilidad.
La justicia, otra virtud clave en este contexto, implica dar a cada quien lo que le corresponde. Esto incluye no solo la madre, sino también el feto y, en un sentido más amplio, la sociedad. Aristóteles probablemente sugeriría que es necesario sopesar los intereses tanto de la madre como del feto, buscando un equilibrio que respete la dignidad y derechos de ambos. En algunos casos, la justicia podría inclinarse hacia la protección de la vida del feto; en otros, hacia el bienestar y autonomía de la madre. Esto refleja la complejidad del dilema y subraya la importancia de tomar decisiones basadas en un análisis cuidadoso de cada situación particular.
Desde la Ética del individualismo liberal, el aborto se analiza bajo un prisma distinto, enfocándose en la autonomía personal y los derechos individuales. Para autores como John Stuart Mill, la autonomía es uno de los pilares de la vida ética y moral, y cada individuo debería tener la libertad de tomar decisiones sobre su propio cuerpo, siempre y cuando esas decisiones no causen daño a terceros. En el caso del aborto, el punto clave es la soberanía de la mujer sobre su cuerpo. Mill argumentaría que, en una sociedad que respeta los derechos individuales, la decisión de abortar debería ser exclusivamente de la mujer, dado que es ella quien enfrentará las consecuencias físicas, emocionales y sociales de esa decisión.
El derecho a decidir es central en la ética liberal. La mujer, en tanto ser autónomo, tiene la capacidad y el derecho de evaluar su situación, sus valores y las implicaciones de continuar o interrumpir un embarazo. Desde este punto de vista, el Estado o la sociedad no deberían interferir en su decisión, a menos que dicha acción perjudique directamente a otros individuos. Aquí es donde surge el debate sobre si el feto debe considerarse un "otro" con derechos que deban ser protegidos. Para muchos pensadores liberales, el estatus moral del feto no es equivalente al de una persona completamente formada, lo que otorga un mayor peso a los derechos de la mujer a decidir.
Asimismo, la Ética del individualismo liberal no solo aboga por la libertad de elección, sino también por la importancia de decisiones informadas. Para que una mujer ejerza su autonomía de manera plena, debe contar con toda la información disponible sobre el procedimiento, las posibles consecuencias físicas y emocionales, así como las alternativas al aborto. Esta es una forma de proteger su autonomía y garantizar que su elección sea el resultado de una deliberación consciente y racional.
Integrantes:
Diego Eduardo Gomez Ortega
Elias Rafael Lopez Ortiz